Películas contra la nostalgia: visionado anual obligatorio

Películas para ver una vez al año
Imagen de Igor Ovsyannykov en Pixabay

Nostalgia es una palabra de origen griego que describe el anhelo por un momento o situación pasada. Es querer volver a ese instante en el que, como decía Don Draper, fuimos felices. Sucede con muchas situaciones en la vida pero el cine, como la literatura o la música, son creadores de momentos en los que nos gustaría quedarnos a vivir.

Los motivos que llevan a una obra a convertirse en una pieza de culto para cada uno de nosotros son absolutamente subjetivos pero existen ciertos patrones generacionales, culturales o regionales que pueden influir en que ciertas películas se conviertan en fetiche de visionado anual obligatorio.

En mi ranking personal hay un lugar destacado para Interstellar porque abre mi mente a un universo irresoluble que me ha apasionado desde que soñaba con ser astronauta. El metraje de Nolan me hace reclasificar todas mis ocupaciones y preocupaciones, como un zoom out infinito que me lleva a perderme de vista a mí mismo y por eso recurro al menos una vez al año a ella. Por otras razones y para otros momentos, las dos películas de ‘Solo en casa‘ (+1), como la de ‘Atrapado en el tiempo’ me devuelven a lo mejor de la Navidad aunque estemos a 40 grados y ‘Drive‘ me sabe a madrugada, mi momento del día desde siempre.

He lanzado esa misma pregunta en twitter y este es el resultado: a pesar de la inagotable oferta de cine y serie en la que nadamos, algunas personas siguen volviendo una y otra vez a esa película que les transporta a aquel lugar inolvidable (para ellos). Iré ampliando el listado con las respuestas que compartáis para que tengamos un repositorio de analgésicos para las nostalgias de cada cual: Seguir leyendo “Películas contra la nostalgia: visionado anual obligatorio”

5 canciones de película para comerte el mundo (1/2)

Escena de Snatch, película que incluye a Oasis en su banda sonora
La banda sonora de nuestra vida incluye canciones que nos ayudan sobrellevar los malos momentos, otras que nos hacen vibrar y melodías sobre las que tatareamos nuestro días de gloria (vividos, imaginados o reeditados): la música dota de un mayor significado a nuestros recuerdos. De la misma forma, logra que muchas películas sean tan recordadas por su imagen como por el sonido con el que maestros como John Williams, Hans Zimmer o Ennio Morricone las bendicen.

Obras cuyo paso a la historia ha venido dado por la perfecta simbiosis de una determinada escena con una pieza ad hoc de alguno de los grandes maestros o bien gracias a canciones que retroalimentaron su popularidad con las creaciones en las que fueron incluidas. Tras repasar los 5 diálogos de película a los que más he recurrido para preparar mis pequeños grandes momentos, recopilo una selección de 5 canciones que formaron parte de algún largometraje y que alimentarán tus ganas de salir a comerte el mundo:

5) Gonna Fly now – Bill Conti

Rocky (1976)

Un clásico que a pesar del paso del tiempo y lo manido de su uso, sigue ayudando a subir a las cotas más altas cargado de energía.

Bonus Track: un regalo de quilates incalculables, la versión que nos brinda Retrato Robot (Advertencia: no volveréis a ser los mismos después de escucharla) – https://www.youtube.com/watch?v=gz5zsisFWj4

4) Blue Monday – New Order

24 hour party people (2002)

Significó el auge de la música dance y electrónica a mediados de los 80 y sigue teniendo el honor de ser el single lanzado por una discográfica independiente más vendido de la historia. Factory Records perdió 2 peniques con cada single vendido: todo esto y mucho más sobre la escena musical de Manchester lo encontraréis en la genial película de Michael Winterbottom.


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Un momento de cine

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La luz intermitente del cartel de salida del cine nos permitió disfrutar de una escena final digna de la película que acabábamos de ver. Aquella longeva pareja bailaba absorta en esa sobria felicidad que solo los años permiten disfrutar. Como si de un zoótropo se tratara, giraban sobre sí mismos intentando viajar al inicio de su propia historia.

Y allí, subidos a la ola de sus primeras emociones bailaron y bailaron hasta convertirnos en figurantes de aquella escena que todos aspiramos a protagonizar.