La luz intermitente del cartel de salida del cine nos permitió disfrutar de una escena final digna de la película que acabábamos de ver. Aquella longeva pareja bailaba absorta en esa sobria felicidad que solo los años permiten disfrutar. Como si de un zoótropo se tratara, giraban sobre sí mismos intentando viajar al inicio de su propia historia.
Y allí, subidos a la ola de sus primeras emociones bailaron y bailaron hasta convertirnos en figurantes de aquella escena que todos aspiramos a protagonizar.
1 comentario en “Un momento de cine”